Después de sufrir fuerza para evitar que lo descubriera, Julia y Pep consiguen celebrar la fiesta sorpresa para Eva en la azotea de casa. Sólo falta Marta. Está enfadada por la presencia de Cesc, el hombre que Miguel ha introducido en Adalisa, y decide buscar consuelo mediante una aplicación de contactos. Naturalmente, la critican y Eva explica una anécdota algo cruel sobre ella. No acaba de quedar claro si a Eva le ha hecho gracia la sorpresa, y Julia sufre. En la fiesta, Quim se cree a Andreu, que, bromeando de las suyas, pronostica buena suerte a su amigo, que no está consiguiendo el dinero para detener la subasta.