Ya en el monte sagrado, frente a Taisukun, ésta le dice a Miaka que puede ayudarla a volver a casa y que fue ella quien lanzó el hechizo, para comprobar la lealtad de las constelaciones hacia la sacerdotisa. Pero es peligroso que Miaka vuelva a casa en su condición, porque está muy débil, pero que pueden ir preparando el viaje: tiene que haber un objeto que la conecte a casa –su uniforme- que la conecta de algún modo con Yui, que está leyendo el libro, y tras mucho pensarlo, Miaka vuelve a casa.