Desde el trasplante de corazón, Alex tiene extrañas visiones que no sabe descifrar y que le conducen a interesarse por Rodrigo Ugarte, su donante de corazón. El neurocirujano localiza a la familia del periodista, a los que se observa desde lejos. De repente, siente que ama a Mariam, la viuda de Rodrigo. Lara está convencida de que la muerte de Rodrigo no fue un accidente. Pero ni César, su jefe de la agencia de noticias; ni Ariza, el policía encargado del caso, están de acuerdo con ella. Todo parece indicar que es un accidente hasta que aparece Alex. El neurocirujano entenderá que debe acabar lo que Rodrigo empezó si quiere recuperar su vida.