Durante los sesenta, en los momentos más difíciles de la guerra fría, la carrera espacial se convirtió en un arma de propaganda muy valiosa. Fue una época en la que la URSS llevaba ventaja en su programa espacial siendo Gagarin y el Sputnik sus grandes triunfos en la carrera, pero la determinación y el apoyo de Kennedy al programa espacial americano los llevaría a marcar un nuevo hito: el viaje a la luna.