María Jesús cada día tiene más problemas con Belén y empieza a hacerle vudú a Lucía para que le venda su piso. Juan ya no aguanta más y quiere irse a vivir a un adosado, pero ahora son los vecinos los que se preocupan por su marcha, ya que, a fin de cuentas, es él quien siempre les soluciona los problemas. Belén empieza a trabajar de telefonista de asistencia en carretera y le gastan una broma.