Bill convence a los padres de una víctima de secuestro para que paguen el rescate, seguro de que Ralph puede recuperarlo cuando salve a su hija pequeña. Pero Ralph sufre una inspección fiscal a cargo de un inspector de tributos muy estricto. El funcionario está convencido de que se apropió el dinero del rescate. Mientras tanto, desconocidos disparan a Ralph y a Bill desde un coche en marcha.