A las puertas del siglo XX, la arqueología se convirtió en una verdadera ciencia. Howard Carter protagonizó uno de los acontecimientos más espectaculares de la arqueología moderna: el decubrimiento de la tumba de Tutankhamón y sus maravillosos tesoros. Al mismo tiempo, en el sur, George Reisner descubrió la relación del antiguo Egipto con Nubia. Se ha llegado así hasta nuestros días, en que son los propios egipcios los encargados de preservar y estudiar su pasado.