Tras una inesperada semana en Francia, Ken viaja a Los Ángeles, California, donde él y el equipo preparan su nuevo vehículo: un Ford Escort Cosworth RS 1991 con llantas de acero. La esperanza es que las bandas de tambores metálicos lancen chispas a todas partes y produzcan uno de los segmentos más alocados que hayan hecho. Resulta ser la filmación más difícil en diez años.