Catalina Manrique es hija de Doña Hilda y Albeiro y nació el día en que su madre se enteró que su hija mayor había sido asesinada. Hilda, destrozada por la muerte de su hija Catalina, la grande decidió que su segunda hija llevaría el mismo nombre. La infancia de Catalina, la pequeña estará marcada por el fantasma de su difunta hermana, ya que su madre y su padre harán todo lo posible para alejarla del entorno de mafiosos que acabaron con la vida de su primera hija. Catalina tendrá que desenterrar los dolorosos secretos de sus padres y soportar la maldad de La Diabla, quien tratará de convencerla de operarse los senos para ofrecerle su inocencia y virginidad a los narcos y políticos poderosos. Pero lo que muchos no saben es que Catalina tiene una personalidad desafiante y demostrará que sin senos sí hay paraíso.