Alfonso (Álvaro de Luna) es un jubilado que visita a Nanda (Mari González), una anciana que lo crió cuando se quedó huérfano, en una residencia en la que trabaja Luisa (Marian Aguilera), una joven asistente social. Una mañana, recogiendo caracoles en el Prado de las Estrellas, Alfonso se encuentra con un joven que surge de entre la niebla en su bicicleta (Óscar Abad). A partir de entonces, surge una amistad entre el viejo maestro y la joven promesa del ciclismo. Apoyado por sus amigos, Alfonso hará de Martín, sin equipo ni patrocinadores, no sólo un gran campeón, sino también una gran persona.