Un tren muy especial acaba de salir de Shangai. Sus pasajeros son ricos comerciantes que viajan con sus esposas, realmente, unos blancos muy jugosos para cualquier ladrón. Pero el robo no llega a producirse, sino que se produce una situación totalmente distinta. ¡Parada obligatoria! Un extraño pasajero sabotea el tren y todos deben bajarse… en su pueblo natal. Allí tendrán que gastar grandes cantidades de dinero para poder salir con bien de ésta. Como la situación apremia, se forman los inevitables grupos, y se ven envueltos en robos de bancos, pugnas entre samurais y peleas territoriales entre bandas callejeras.