A mediados de los años ochenta, el GAL, un grupo paramilitar español, persigue y asesina a miembros de la banda terrorista ETA refugiados en el santuario que han creado en el sur de Francia. Grégoire Fortin, consejero del ministro de Justicia francés, y Domingo «Txomin» Iturbe, líder de ETA, se ven obligados a negociar con objeto de encontrar una solución a la violencia que azota la región.