El planeta Solaris está aparentemente deshabitado, salvo por un grupo de científicos de la tierra que tienen una estación de investigación científica en el planeta. La superficie está compuesta totalmente por agua, y el líquido algunas veces adopta formas curiosas y extrañas, con un patrón de conducta, cuanto menos, desconcertante. ¿Podría una realidad geográfica ser a la vez un ente vivo? Adaptación de la novela homónima de Stanislaw Lem.