Lynn Hollander sufre un shock cuando se entera de que su hijo Nick, de 22 años, se ha enamorado de Shelly, una mujer divorciada, con dos hijos de 12 y 19 años, que le dobla la edad. En su rechazo ante esta relación, Lynn llega a acusar a Shelly de estar utilizando a su hijo. Sin embargo, cuando la pareja rompe, Lynn comprende que no se trata de un simple capricho pasajero, sino de verdadero amor, por lo que cambia su forma de pensar, intentando, por todos los medios, que reanuden su relación.