Allí donde los límites del documental etnográfico, musical y avant-garde se confunden, nace este cortometraje del director georgiano Otar Iosseliani. Con la severa voz de los cantos populares y clásicos como permanente telón de fondo, el autor filma con avidez, sin diálogos ni voz en off, a los pueblos y las gentes viviendo sus días en las montañosas entrañas de Georgia.