Ésta es la verdadera historia de un hombre que, durante el rodaje de "Eyes Wide Shut", se hizo pasar ante la sociedad londinense por el famoso y atrabiliario director de cine Stanley Kubrick. De este modo consiguió las mejores mesas en los restaurantes, acceso a las fiestas más exclusivas y los mayores elogios de multitud de personas que desconocían el verdadero aspecto del realizador.