Petra y Matías forman un matrimonio mal avenido. Él trabaja como bedel en la escuela de anatomía. Allí tiene un amigo inseparable, Luis, un hombre de inclinaciones peculiares. Petra tiene un carácter agrio e intransigente, de modo que sus discusiones con Matías son constantes, pero ella se cuida mucho de no levantarle jamás la voz. A él, sin embargo, le tiene sin cuidado el que dirán y grita sin contemplaciones. Las vecinas, que son unas cotillas, están al cabo de la calle de todo lo que ocurre en casa de Petra y Matías.